La enfermedad celíaca, trastorno auto-inmune que obliga a las personas que lo padecen a eliminar el gluten de su dieta, puede tener graves consecuencias en el desarrollo de los niños y la salud de los adultos si es que no es tratada a tiempo.
La enfermedad celíaca se define como un trastorno crónico de absorción intestinal causado por la intolerancia al gluten. Es autoinmune y provoca que el revestimiento del intestino delgado resulte dañado en respuesta a la ingestión de gluten y otras proteínas que se encuentran en el trigo, la cebada, el centeno y posiblemente la avena y sus derivados.
La causa exacta de la aparición de esta enfermedad no se conoce. Pero coinciden datos como la sensibilidad a la gliadina, componente del gluten, la generación de anticuerpos contra estructuras de la pared intestinal y factores genéticos.
Su aparición está determinada por una predisposición genética. "Una vez que el niño comienza a comer el gluten (proteína), aparecen los síntomas, que normalmente se detectan a los dos años de edad", explica la gastroenteróloga Sylvia Cruchet. Estos síntomas consisten principalmente en "diarreas, dolor abdominal, desnutrición y fallas al crecimiento".
No hay datos exactos sobre la proporción de la población afectada por esta enfermedad, "pero se asume que debería haber alrededor de uno por cada 300 personas", explica Cruchet. "En Europa es muy similar y en el resto de Latinoamérica no hay datos. En Argentina hay muchos más porque hay inmigrantes italianos y se dan los antecedentes genéticos".
Síntomas más frecuentes y consecuencias:
Según explica Cruchet, los síntomas pueden ser muy variables. Se pueden presentar síntomas gastrointestinales (dolor abdominal, diarrea, náuseas, vómitos y distensión abdominal por mala absorción, entre otros) y no gastrointestinales, como anemia, dermatitis, baja estatura, fatiga y calambres.
La especialista explica que en los niños, esta enfermedad puede terminar en una falla de nutrición y crecimiento importante. Asimismo, en los adultos no tratados ¿señala- "puede producir abortos a repetición, infertilidad, cáncer en el intestino delgado".
Diagnóstico y Tratamiento
El diagnóstico se apoya con los estudios de laboratorio y radiológicos. Se confirma con una biopsia de intestino delgado que muestra una mucosa plana.
"Se puede diagnosticar desde el momento en que el niño empieza a comer alimentos con gluten. No hay una edad de diagnóstico pero mientras más temprano se diagnostique, mejora el tratamiento y menos consecuencias y complicaciones puede traer a futuro".
El tratamiento consiste en dejar el gluten de por vida. Esto permite la recuperación de las vellosidades intestinales. "Se debe dejar de comer los alimentos que contienen gluten o harina de trigo, entre ellos el pan, los fideos, los queques, küchen, todo aquello que contenga trigo, centeno o cebada".
En algunos países ¿es el caso de Chile- estos alimentos constituyen la base de la alimentación. Pero esto puede compensarse comiendo "todo tipo de verduras, frutas y carnes, preparando recetas de pan y pastas en base a otro tipo de cereales", explica Cruchet.
Al contrario de lo que uno podría suponer, el descartar parte de su dieta no produce baja de peso en estos pacientes, sino al contrario. "Cuando las personas detectan la enfermedad y se empiezan a tratar dejando el gluten, son niños que crecen normales, suben de peso, dejan de tener diarreas y otras molestias".
Así, el paciente que está sometido a tratamiento se comporta como cualquier persona que no tiene la enfermedad, explica. Pueden administrarse suplementos vitamínicos, minerales y hematínicos en función de las deficiencias observadas.
Fuente: Terra
Sáb Feb 23, 2008 6:44 am