A dos meses del accidente que dejó a Mariana de Melo entre la vida y la muerte cuando el auto en el que volvía de La Pampa se incrustó debajo de una cosechadora en la Ruta 5.
La vedette, lejos de mostrarse entusiamada, como se vio al principio de su recuperación, está deprimida y tiene miedo, según publica la revista Paparazzi.
Aquel sueño de incorporarse a la obra “Asesíname Dulcemente”, de la que iba a ser protagonista en la temporada de Carlos Paz, quedó muy lejos de cumplirse , al igual que su anhelo de formar parte de “Bailando por un Sueño 2008”.
La realidad es que la rehabilitación de la vedette entró en una meseta y esto hizo que Mariana, que sigue bajo internación domiciliaria en su departamento de dos ambientes de San Cristobal, se deprima.
Todos los días las enfermeras la visitan para hacerle las curaciones, y también recibe tratamiento psiquiátrico, además del control médico.
“Mariana está medicada con tranquilizantes porque tiene miedo. Se siente asfixiada, tiene pesadillas y ataques de pánico”, cuenta su entorno a la revista Paparazzi. Y agregan: “Está muy bajoneada por el encierro. A veces se altera y contesta mal”.
Es que la orden de los médicos es que haga reposo, en lo posible, absoluto. De hecho, sólo sale de su departamento para ir la kinesiologo quien días atrás todavía la atendía también en su domicilio.
La razón es que la fisura en la cadera podría dejarle una renguera. Además, tiene el brazo izquierdo inmovilizado. La depresión es tal que De Melo ni siquiera quiere recibir visitas de amigos. Sólo su círculo íntimo tiene permiso para verla por orden propia de la misionera.
Pero además, Mariana está bastante molesta con su familia porque recién ahora tomó conciencia de que alguien de su núcleo le vendió entrevistas exclusivas a uno o varios medios cuando ella recién tuvo el alta, y dio las notas medicada. Le duele verse en fotografías casi pelada y toda lastimada y siente que no la cuidaron.
|| Fuente: 16 de febrero de 2008 (minutouno, CR)